Fecha: 04/02/2021
Alberto Campo Baeza: La austera serenidad de la idea en estado puro. Fondos bibliográficos y audiovisuales
Hace algo más de seis años celebrábamos con un homenaje bibliográfico dos acontecimientos, casi contemporáneos, de la vida profesional de Alberto Campo Baeza en el ámbito de la arquitectura, y que se sucedían tras ser galardonado en 2013 con la Medalla de Oro Heinrich Tessenow: su nombramiento como miembro internacional del RIBA y su elección como académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Decíamos entonces que no era nuevo ni excepcional el reconocimiento público, dentro y fuera de España, de la persona y la obra de Alberto Campo, docente, crítico de arquitectura y autor de obras perdurables en la memoria de todos nosotros. Por ello, la concesión del Premio Nacional de Arquitectura 2020 y de la Medalla de Oro de la Arquitectura 2019, nos sirven de excusa para actualizar aquella bibliografía, que, siendo ya muy extensa, se ha incrementado considerablemente con 150 nuevas referencias, hasta casi rozar las 500, y para aprovechar también, en beneficio de los usuarios, los esfuerzos de digitalización realizados por el COAM, con las revistas Arquitectura y Urbanismo en línea, y por la UPM, con su Archivo Digital. Gracias a ello podemos ofrecer, desde la propia bibliografía, la lectura directa de muchas de las publicaciones de Campo Baeza, ya sean libros o artículos de revistas, y la visualización de diversas intervenciones públicas que fueron grabadas.
Así nos encontramos con nuevas monografías donde se plasma su pensamiento, reediciones y traducciones a otros idiomas, prólogos, introducciones, conferencias, discursos, entrevistas, artículos en revistas españolas y extranjeras, exposiciones de su obra, participación en homenajes y las memorias docentes de los cursos que sigue dirigiendo como catedrático emérito de Proyectos Arquitectónicos... Una cascada sin fin desde sus tempranas colaboraciones con Julio Cano Lasso en los años setenta, ya a finales de la década. Desde entonces, sin solución de continuidad, le llegarían los premios por sus obras en solitario o como "cabeza de cartel": por citar algunos sin ningún ánimo de exhaustividad, el Ayuntamiento coruñés de Fene, la urbanización de la plaza de la Catedral en Almería, el anteproyecto de polideportivo en la ETSAM, el madrileño colegio público República del Brasil, el mil veces alabado edificio de la sede central de la Caja General de Ahorros de Granada y el posterior Museo de la Memoria de Andalucía, el mallorquín Centro de Innovación Tecnológica de Inca, la nueva sede de la Delegación Provincial de Salud en Almería, el tratamiento espacial entre las catedrales Vieja y Nueva de Cádiz, las oficinas para la Junta de Castilla y León en Zamora, el pabellón polideportivo y aulario de la Universidad Francisco de Vitoria en Pozuelo... En estos y otros edificios y espacios urbanos, así como en sus inolvidables e impactantes viviendas unifamiliares, en las que vibra el aliento en clave poética de sus volúmenes puros y con frecuencia blancos, nos encontramos de uno u otro modo con los invariantes de su arquitectura: las piezas geométricas, estereométricas y abstractas; la sobria sencillez donde todo está; el latido casi místico de la luz y de las formas que construyen la idea...
En su devenir, aunque siempre desde sus propios principios y la introspección de su universo particular, Alberto Campo ha seguido siendo fiel a sus maestros reconocidos: Carvajal, Sáenz de Oíza, de la Sota... También se reencuentra a sí mismo en el japonés Tadao Ando, con quien respira la pura y limpia atmósfera que flota en su obra y marca cierta aura de intemporalidad que asombra y seduce. Y que el arquitecto describe con inefables discursos: el muro transido, impluvio de luz, cabaña de luz...
Con sus últimas obras, Alberto Campo, radicalmente depurado, esencial y ascético, traspasa la puerta de la madurez confirmando su sobriedad, limpieza y luminosidad, imperturbable y coherente ante la búsqueda del estado puro de la idea incontaminada; como señalaba Ernesto Nathan Rogers, entre "los límites del hacer y del no hacer".
La página principal de la Biblioteca y algunas subsidiarias muestran desde 2015 el audiovisual de presentación del libro Quiero ser arquitecto, porque pocas veces el creador y el docente encuentran su simbiosis como en Alberto Campo Baeza, que, en un acto continuo de generosidad, comparte su vivencia de la arquitectura enseñando a ser arquitectos.
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