Nº 11 SEPTIEMBRE 1990
Algunos de los cambios desencadenados por la crisis de 1973, al menos en su componente industrial, han sido la evolución experimentada por las relaciones entre los factores productivos, las modificaciones en la utilización de materias primas y recursos energéticos, la aparición de nuevas tecnologías, y los cambios en la organización del trabajo.
Las innovaciones en el campo tecnológico, especialmente en las comunicaciones y telecomunicaciones, ofrecen, concretamente, un potencial cada vez mayor en las posibilidades de localización de las empresas sobre el territorio. Los cambios en la estrategia de localización presentan, en los países industrializados, la característica común de una progresiva difusión de la industria hacia la periferia de las ciudades. Esta descentralización, sin embargo, no alcanza a todas las tareas, pues los centros de decisión tienden a permanecer en las áreas centrales, favoreciendo de esta manera una nueva forma tipológica de la empresa industrial denominada "oficinas industriales".
El fenómeno descrito, que puede definirse como la creciente terciarización de las actividades industriales, entraña, de hecho, una notable aproximación entre los "espacios" industrial y terciario, con importantes consecuencias para el planeamiento urbano que, por otra parte, no es visto con buenos ojos en todos los medios profesionales del urbanismo. Conviene señalar el problema que puede representar el que la utilización de las áreas industriales obsoletas, existentes en las áreas centrales de nuestras ciudades, se reutilicen sólo en la dirección terciaria, en detrimento, por ejemplo, de la posibilidad de mejorar las dotaciones y equipamientos colectivos, pues ello entrañaría, como consecuencia, el mantenimiento o la aparición de nuevos desequilibrios en la trama urbana.
La evolución de la demanda de áreas industriales se caracteriza fundamentalmente por la irrupción en el panorama productivo de las nuevas tecnologías y servicios avanzados. El subsector industrial de la alta tecnología o high-tech, precisamente el que mayor nivel de cualificación ha alcanzado .en los últimos años, comprende las actividades dirigidas a la producción de bienes y equipos en los campos de la electrónica, informática, telecomunicaciones, biotecnología, robótica, nuevos materiales, superconductividad, técnica aerospacial... , tecnológicamente todos ellos en punta y directamente relacionados con la investigación y el desarrollo científico, en definitiva con procesos I+D.
Este tipo de actividades, protagonistas principales también de la aproximación ya comentada entre los "espacios" industrial y terciario, demanda una nueva concepción de los asentamientos para su implantación, en los que las infraestructuras de telecomunicaciones adquieren el máximo protagonismo. Parece necesario, en consecuencia, estructurar un nuevo tipo de áreas productivas -con una importante oferta infraestructural en el campo de las telecomunicaciones, basada en la fibra óptica y la banda ancha- conocidas hoy como "zonas inteligentes", en las que, además, confluye una notable facilidad de acceso al tratamiento informático. En definitiva, áreas con una adecuada oferta de lo que se denomina servicios avanzados.
Ciertamente, los desarrollos high-tech se multiplican, pero todavía no son la mayoría de las instalaciones industriales y no representan todo nuestro futuro industrial. La mayor parte de las industrias modernas se encuentran próximas al punto medio del espectro que abarca desde las viejas industrias modernizadas a las compañías que emplean procedimientos y fabrican productos de alta tecnología. Es más la forma en que opera que sus productos, lo que caracteriza a la nueva industria:
• Las industrias modernas aportan respuestas rápidas a las necesidades del cliente. Más que la producción en masa les caracteriza la fabricación de prototipos y series cortas de productos de vida efímera.
• La industria moderna se basa de modo creciente en el conocimiento, empleando más personal técnico, profesional y directivo.
• La proximidad a los aeropuertos y las autovías se cotizan particularmente. • Es necesario impresionar, tanto al personal como a los clientes, con la calidad del entorno de trabajo.
• Tanto el tamaño como la estructura de la empresa cambian rápidamente. La manufactura o la investigación y desarrollo, pueden exigir mucho espacio para un proyecto, pero no para el siguiente. El espacio ha de ser reasignado entre funciones para cada proyecto.
Ante la evolución experimentada por la demanda a nivel internacional presenta gran interés los nuevos modelos tipológicos industriales, cuyo origen parece situarse en el hoy mítico parque tecnológico del Silicon Valley (EE. UU.), desarrollado desde comienzos de la década de los años cincuenta en las proximidades de San Francisco, a partir del punto de arranque proporcionado por la Universidad de Stanford para la implantación de actividades innovadoras en el campo de la microelectrónica, aunque merecen especial atención los problemas urbanísticos surgidos a partir de alcanzarse determinado nivel de densidad en los asentamientos.
Se conciben éstos modelos como asentamientos industriales caracterizados por incluir entre sus instalaciones una importante proporción de establecimientos empresariales que realizan investigación aplicada, o actividades de investigación y desarrollo en procesos I+D. La Asociación de Parques Científicos del Reino Unido (UK Science Park Association), define un parque científico-tecnológico como una iniciativa de base inmobiliaria en la que se dan las siguientes premisas:
• vinculaciones operativas formales con una universidad u otras instituciones educativas superiores, o un importante centro de investigación.
• diseño orientado a fomentar la formación y crecimiento de negocios basados en el conocimiento y compromiso activo en la transferencia de tecnología y capacidad empresarial a las organizaciones implantadas.
El actual planteamiento de parques tecnológicos en nuestro país no responde salvo excepciones a estos criterios. Por ello no debe sorprender las críticas que recientemente han comenzado a alzarse ante una posible implantación indiscriminada y generalizada de estos parques en España.
Autor/es: Michele Talia
DescargarAutor/es: Ricardo Méndez Gutiérrez del Valle
DescargarAutor/es: Gonzalo Navarro Rodríguez
DescargarAutor/es: AnnaLee Saxenian
DescargarAutor/es: Bernardo Ynzenga Acha
DescargarAutor/es: Mikel Aguirre Pérez, Antón Agirregoitia Aretxabaleta, Eduardo J. de Felipe Alonso, Iñaki Peña Gallano
DescargarAutor/es: Luis Rodríguez-Avial Llardent
DescargarAutor/es: Juan Manuel Alonso Velasco
DescargarAutor/es: SEPES (Sociedad Estatal de Promocion y Equipamiento de Suelo)
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DescargarAutor/es: Juan Luis Piñón Pallarés
DescargarAutor/es: Pedro José Sanz Boixareu, Luis Morell Ocaña, Luis María Enríquez de Salamanca, Francisco Perales Madueño
DescargarAutor/es: Jorge Castanyer Vila
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