Javier Manterola Armisén (Pamplona, 1936 – Tres Cantos, 2024), ingeniero de caminos y catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid desde 1972, colaboró durante su trayectoria profesional con algunas de las más importantes figuras del panorama arquitectónico español, como Francisco Javier Sáenz de Oíza o Rafael Moneo. Más conocido por su labor en el diseño de puentes y viaductos, destacan entre sus obras el Puente de la Constitución de 1812 en Cádiz, el Puente Euskalduna en Vizcaya y el Puente Ingeniero Carlos Fernández Casado en León, que fuera en su tiempo el mayor puente atirantado del mundo. Valiosa también fue su aportación al diseño de la innovadora estructura de Torres Blancas de Oíza.
A lo largo de su carrera recibió galardones como el Premio Nacional de Ingeniería (2001) o el Premio Príncipe de Viana de la Cultura (2005), que no hacen sino avalar sus significativas contribuciones.
JAVIER MANTEROLA ARMISÉN, IN MEMORIAM
Hay coincidencias temporales tristes para la ingeniería y la arquitectura. En diciembre de 2006, Javier Manterola leyó su discurso de ingreso como académico electo en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que fue contestado por Antonio Fernández Alba. 18 años más tarde, ambos nos han dejado con menos de una semana de diferencia.
Javier Manterola, Premio Nacional de Ingeniería Civil, catedrático de Puentes de la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid, desarrolló su carrera profesional en Carlos Fernández Casado, S.L., oficina de proyectos, fundada en 1964 por el ingeniero de caminos que le da nombre, y que ha sido maestro e inspiración para muchos ingenieros y arquitectos. En ella proyectó y construyó una prolífica obra de más de 200 proyectos en todo el mundo.
Fue un ingeniero de caminos al que muchos arquitectos hemos seguido, tanto por sus obras y excelencia técnica, como por su pensamiento y manera de abordar el proceso proyectual de los puentes.
Lo conocí en 2005, cuando le invité a participar en el ciclo sobre Arquitectura e Ingeniería, que se celebraba en el COAM. Acababa de recibir el premio Príncipe de Viana de la Cultura 2005, que, en sus palabras, “supuso un espaldarazo para el conocimiento de nuestro trabajo. Ahora se nos valora más y estoy satisfecho de que así sea”. Manterola siempre revindicó el trabajo del ingeniero de caminos como el de un creador, y no como el de un solucionador de problemas.
Javier Manterola participó en dos ocasiones en el ciclo, con dos conferencias de calado en la relación entre Ingeniería Civil y Arquitectura, siempre con el salón de actos de la Fundación COAM completamente lleno. Ambas intervenciones recogieron, desde mi punto de vista, su posicionamiento intelectual frente a la creación y la ingeniería. Sus intervenciones no fueron solo una exposición de su obra, que todos admiramos, sino que era la llave para reflexionar y explorar las mutuas contaminaciones que existen entre los procesos proyectuales de los puentes y los edificios, el arte, la música y la filosofía.
Su primera conferencia, “¿Existe relación entre el trabajo del arquitecto y del ingeniero en la arquitectura actual?”, fue un recorrido crítico por edificios con estructuras que personalmente le interesaban, donde dejó clara su admiración por el trabajo de Oíza y Rafael Moneo, además de mostrar interés por la arquitectura y las estructuras “ortodoxas” (como el las denominó), de Enric Miralles.
En la segunda, tres años más tarde, “Saber ver la ingeniería”, empezó su intervención con una constante que lo acompaño en sus proyectos e inquietudes intelectuales durante toda su trayectoria profesional: “Quiero hablaros hoy sobre la ingeniería como obra de arte”. Después de un recorrido por obras lineales y presas llegó a los puentes, “la obra más objetual de las obras públicas”, de los que defendió que su diseño en sí pone en evidencia su valor artístico, pero “necesita el encaje con el paisaje para completar su dimensión artística” (que buen tributo a su maestro, Carlos Fernández Casado).
Javier Manterola fue uno de los mejores proyectistas de puentes del mundo, premiado y reconocido a nivel nacional e internacional. Un ingeniero de caminos renacentista, un referente que nos deja un legado e influencia que perdurará en el tiempo en ingenieros y arquitectos. El recuerdo de su calidad humana y dimensión intelectual nos acompañará siempre.
Francisco Domouso, arquitecto