Lamentamos el fallecimiento del arquitecto Andrés Perea
17/11/2023
La Junta de Gobierno del COAM lamenta el fallecimiento del arquitecto Andrés Perea. Un compañero que "ha sido un maestro para todos nosotros", destaca el decano Sigfrido Herráez.
Perea era uno de los mejores arquitectos que había en la actualidad y un hombre polifacético, "el clásico arquitecto hombre del renacimiento, con 20 facetas cultas y divertidas", indica Herráez.
Nacido en Bogotá en 1940, hijo de padres españoles en el exilio, Andrés Perea obtiene el título de Arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid en 1965. En 1967 comienza a impartir clases de Proyectos como Profesor Asociado en la misma escuela, iniciando una labor docente que ha continuado desde entonces hasta el año 2009. Amplió su actividad pedagógica en numerosas universidades y organismos, tanto dentro como fuera de España, como profesor invitado y conferenciante (Pavía, Barcelona, Madrid, Pamplona, Granada, Roma, Londres, Chicago, Buenos Aires, Bogotá, Medellín, Berlín, Seúl, Sao Paolo, Manila, etc.). Actualmente era profesor de Proyectos en la Universidad Europea de Madrid.
Entre sus obras más representativas destacan el Centro Parroquial en Tres Cantos (Madrid), la Biblioteca Pública Rafael Alberti en Madrid, el Edificio Administrativo para la Junta de Andalucía en Almería, el Edificio Multiusos para la Xunta de Galicia en Lugo, el Edificio para la Consellería de Sanidad y SERGAS en Santiago de Compostela, Centros de Salud en Majadahonda, Móstoles, Hermanos García Noblejas, Getafe, edificios para Red Eléctrica de España en Bilbao, La Coruña y Rubí (Barcelona) viviendas en Parque Loranca-Ciudad Jardín, Fuenlabrada (Madrid), Hospital de Fuenlabrada (en colaboración con L. G. Sterling), Pabellones 12 y 14 del Recinto Ferial de Madrid (IFEMA), Centro Cultural de Fuenlabrada (con E. Mangada), el Edificio para Nueva Sede de la Diputación Provincial de Granada (con A. Fernández Picazas), la Biblioteca Pública del Estado en Santiago de Compostela, el Nuevo Aeropuerto de La Palma (con R. Torrelo) o el edificio para Nueva Gerencia de Urbanismo en Murcia.
A continuación publicamos varios textos que nos han hecho llegar amigos y compañeros:
En memoria del arquitecto Andrés Perea
Aristóteles distinguía entre dos tipos de personas: las que aman a sus semejantes y aquellas que priman la posesión de las cosas. Esta sería la diferencia entre amar y querer.
Andrés Perea amaba, amaba a las personas y amaba la arquitectura. Amaba también la música que con diversos acordes inspiraba su obra. Para las personas siempre iluminaba un camino en los momentos de incertidumbre o de zozobra. En su larguísima etapa de enseñanza en la Escuela de Madrid, en el CEU, en la Universidad Europea, en la de Navarra y ocasionalmente tantas otras, siempre se empeñaba en la pedagogía de la creatividad. No quería como algunos profesores enseñar su tipo de arquitectura, sino encontrar la ideación personal del estudiante.
Por esta razón tiene tan gran cantidad de seguidores que le quieren y admiran pero que no harán su arquitectura, por otra parte, no clasificable ni imitable.
De entre su larga producción arquitectónica, ya largamente reseñada en estos días, destacaría aquí dos obras, no realizadas, no recordadas, y proyectadas con la ilusión de su temprana producción en los primeros años 70; un segundo premio en el concurso del Centro Pompidou de París, un prisma transparente abierto a la ciudad, y la maqueta de su torre móvil habitable, que estaba siempre presente en la entrada del estudio, hoy en el centro de arte contemporáneo FRAC del Valle del Loira en Orleáns.
Para mí Andrés, además de tan amigo, fue como un mentor, un hermano mayor que me reservó un lugar en su estudio de Pintor Ribera durante 46 años, cuando llegué para ayudar en la producción del concurso de la Biblioteca Nacional de Teherán. La vida, después de realizar con él obras como la Biblioteca de Granada con Carmina Mostaza o la iglesia de la Santísima Trinidad en Madrid, me llevaría al servicio público en Alcalá de Henares y en la Comunidad de Madrid.
Ya jubilado en 2020, Andrés me dijo preocupado; “amigo, tú no te jubilas de la arquitectura” y así hemos compartido con los muchos colaboradores, jóvenes en prácticas, sobre todo de Italia y España, tres concursos en Bakio, Santiago y Milán. El mismo día de aquel año en el que quedamos liberados del confinamiento, solos en la carretera, en un precioso día de los que adoraba Andrés y cuando arrancaba el verano, conduje con él hasta Santiago para visitar las obras del vibrante y ondulante Edificio Fontán, culminación de la Ciudad de la Cultura de Galicia, que ha desarrollado con Elena Suárez y Rafa Torrelo y que ha merecido la distinción de la revista Metalocus como mejor obra del año.
El estilo no euclidiano de Perea era sobre todo no parar nunca y buscar la perfección de las cosas. Guardo el último dibujo de su vida, cuando la muerte le encontró trabajando; la planta, nuevamente transformada del Archivo Histórico de Huelva, una obra en marcha que ahora quedará huérfana, pero que con seguridad tendrá la forma y el espacio que el arquitecto pensó creando un verdadero lugar para las personas que lo habitarán.
Cristóbal Vallhonrat Anduiza.
Madrid, 18 de noviembre de 2023.
Andrés Perea, un ciudadano de la arquitectura
La muerte del arquitecto Andrés Perea Ortega (Bogotá, 1940 - Madrid, 2023) deja huérfana a una parte importante de los arquitectos españoles, que encontramos en su posición ética e intelectual, en su obra, en las pedagogías que promovió y en su defensa de un acceso plural a la profesión la oportunidad de contribuir a que la arquitectura respondiera con creatividad y belleza a los retos climáticos y sociales contemporáneos. Nos unimos en el duelo a su compañera, la pianista Pilar Moreno; sus hijos, Luis, Pilar y Jesús; y sus cinco nietos.
Seguir leyendo el obituario escrito por Andrés Jaque en El País
Ayer recibimos la triste noticia del fallecimiento del profesor Andrés Perea.
Nos quedamos no sólo tristes, consternados por la perdida de una persona joven. Joven, porque su vida estaba en una gran década, ya que superaba escasamente los ochenta años, tiempo esencial en el que el pensar se convierte en una actividad fundamental, época en la que aconsejar es un arte del que todos los que aún no han llegado, beben con la sed que produce el abandono intelectual si no se cultiva.
Fue el profesor Perea alguien que durante toda su vida desplegó una actividad incansable en trabajo y sobre todo en la enseñanza.
A nadie dejaba indiferente la figura de este arquitecto que nos dejó obras memorables siempre en la difícil línea del mejor debate sobre la arquitectura.
Si algo podemos afirmar los que le conocimos incluso a cierta distancia es que hacía las cosas con pasión.
Profesor incansable consiguió abrir la mente y desplegar las alas a muchos jóvenes que se hicieron igual que él, profesionales marcados por el amor al oficio.
Visitó nuestra escuela en varias ocasiones, y corrigió los proyectos con la actitud de alguien que está empezando, y nos habló de las escuelas centrípetas y no centrifugas, como un valor.
Era encantador y le gustaba discutir en el mejor sentido de la palabra, algo que hoy nos deberia hacer reflexionar.
Somos conscientes de que muchos compañeros, incluso los que alguna vez chocaron intelectualmente con él, hoy ya le echan de menos, porque era un hombre entrañable.
Sentimos mucho su pérdida, porque cuando estos hechos ocurren nos damos cuenta de la importancia enorme que sobre las sociedades tiene, pensar, hacer, contrastar, proponer, cambiar, reír y llorar.
Descanse en paz.
Nuestro más profundo pésame a sus seres queridos.
Escuela de Arquitectura de Toledo - EAT
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